Armonizar el Espacio para mejorar la Vida
A menudo nuestro hogar nos parece imperfecto, lejos de lo que
consideramos nuestra vivienda ideal; ya sea por su entorno, orientación, superficie...
Igualmente puede ocurrirnos con nuestro local de negocio o con nuestra oficina
Esta propensión a desear algo mejor, puede condicionar el valorar lo
que tenemos. Y lo que tenemos (aunque no lo parezca) siempre es mejorable, podemos sacarle el máximo para lograr estar bien “a pesar de” lo
que sea
A veces sucede que tras un cambio de vivienda ya no nos sentimos tan bien.
O notamos que algo en nuestro hogar o
lugar de trabajo nos incomoda y no sabemos que es. O que nuestro negocio parece
no atraer lo suficiente a los clientes a quienes les cuesta entrar...
Desarrollamos aquí brevemente algunos aspectos que suelen estar detrás de
estas sensaciones espaciales
En primer lugar estan las radiaciones electromagnéticas naturales y
artificiales. Estas pueden afectar a las personas sobre todo en el dormitorio
(la ubicación de las camas de una vivienda) y en el lugar de trabajo si es fijo
e implica permanencia. Sobre corrientes de agua subterránea, fallas geológicas,
etc. se producen cambios en la radiación natural (en la zona donde se localizan
dentro de un espacio dado, abarcando desde el propio suelo de la edificación
hasta un altura de más de mil metros) que pueden causar sensacion de
incomodidad, alteraciones del sueño, agotamiento tras el supuesto descanso,
pesadillas recurrentes, dolores de cabeza, falta de concentración, nerviosismo...
Estos síntomas (alguno de ellos o más de uno) suelen ocurrirles a las personas
sensibles, no todos reaccionamos igual ante lo mismo. Y también se observan más
estas sintomatologías en las personas que atraviesan alguna crisis. Además, el
desarrollo tecnólógico creciente está saturando nuestro ambiente de todo tipo
de radiaciones: desde las ELF (instalaciones eléctricas en interiores, líneas
de transporte eléctrico y transformadores en exteriores) hasta las MO (routers/wifi
en interiores y antenas de telefonía en exteriores) Todas ellas con posibles
efectos sobre las personas similares a las radiaciones naturales descritas
Las radiaciones electromagnéticas ya sean naturales o artificiales son
acumulativas, se requieren meses para que se desarrollen los síntomas
En ocasiones, estas radiaciones pueden ser un factor que favorezca alguna
enfermedad en las personas expuestas a ellas (aparezcan o no los síntomas)
La solución a todo ello suele ser reubicar la cama dentro de la habitación
o en otra habitación de la vivienda. Lo mismo con el lugar de trabajo de
permanencia fija. Ir probando hasta encontrar el buen lugar (dándose unos dos o
tres meses de prueba en la nueva ubicación para poder valorar). En algunos
casos en los que no es posible reubicar existen soluciones, como la instalación
de un aparato armonizador que requiere la intervención de un geobiólogo
En segundo lugar están las sensaciones de armonía del espacio en sí: su
entorno ambiental, su arquitectura y su interiorismo. Acostumbran a ser estas
sensaciones las que hacen que nos cambiemos de lugar en una sala de espera, que
una casa nos resulte o no acogedora como primera impresión, que se rechace
determinada mesa en un restaurante, que un local nos invite o no a entrar...
Los entornos naturales, la naturaleza interior (las plantas, el agua en suave
movimiento...), la luz natural, la simetría y la proporción espaciales que
vinculan espacio-cuerpo humano-Naturaleza y sus pautas, la distribución
evitando excesivo caos y saturación, la creación de circulaciones tanto
exteriores como interiores más curvilíneas... También el uso de materiales naturales
en la construcción y en la decoración que nos ayuden a crear ambientes sanos y
probióticos (favorables a la Vida) en donde nos sintamos bien, pudiendo, por
ejemplo, descalzarnos en un suelo de madera tratado con barnices y ceras
naturales favoreciendo la descarga de la excesiva carga electroestática
acumulada en tantos ambientes que utilizamos o nos rodean y a la vez sintiendo
el placer del cálido contacto con la madera
Quizá vivamos en un edificio que ha ganado un premio de arquitectura o en
un ambiente que ha merecido una distinción de interiorismo... El profesional
puede estar satisfecho por el premio, pero ¿el usuario se siente bien ante esa
“originalidad”? No siempre es así
La propuesta es recuperar la Naturaleza en los ambientes y hacer más caso a
la intuición (a lo femenino de la persona, normalmente más desarrollado en las
mujeres) Ese sentirse perdid@ en la sala puede deberse a su tamaño (quizá su
excesiva altura) o esa opresión en el hogar al dominio del hormigón visto en
las paredes... Una tela a modo de falso techo sobre la zona de los sofás (en el
caso de salas de doble altura) o forrar las paredes de madera (en el caso de
hormigón visto en interiores) pueden ser soluciones armonizadoras
En tercer lugar está la interrelación espacio-persona, el Psicoespacio. Ya
lo dijo Coco Chanel: un espacio interior es la proyección natural del Alma.
Nosotros escogemos los elementos decorativos que día a día nos acompañan. Esta
elección es consciente (el cuadro de una bicicleta porque me gustan las bicis)
y muchas veces también es inconsciente. A veces queremos algo en nuestra Vida
que no acaba de llegar o sentimos que no estamos bien (algo más interno)
Quizás pretendamos abrirnos a una nueva relación y pregonemos que sabemos
lo que queremos, pero nuestro hogar transmita lo contrario. Tal vez el mensaje
sea estoy sol@: cuadros sin gente, figuras solitarias, cama individual, una
taza, una mesa de noche... Darnos cuenta de lo que transmite nuestro hogar es
de por sí muy importante. A partir de aquí, cada cual a su ritmo puede ir
substituyendo algunos de esos elementos decorativos (no es necesario desprenderse
de todos) que transmiten “en contra de” por otros con simbología “a favor de”.
Este trabajo personal a menudo comporta sorpresas, pues tras los objetos están
las personas que nos los ofrecieron (digo que no voy a repetir patrones pero
ese objeto que me dice “en contra de” lo recibí de tal persona a la que
supuestamente no quiero parecerme...)
El dejar ir objetos es siempre una liberación. Si es de forma consciente
puede ser además terapéutico, al vaciar el armario descubrimos el jersey que
nos regaló hace años la tía antonia y que
nunca nos hemos puesto. Regalarlo a alguien nos libera de las ataduras y nos
hace sentir bien al poder dar a quien lo necesita y lo va a usar. Vivimos en una sociedad muy aferrada a los
bienes materiales donde es frecuente una exagerada acumulación de ellos. Da
igual el espacio que tengamos, nuestra tendencia es ocuparlo al máximo (ya sea
la mesa de trabajo, el armario, la librería, el trastero...) ¿Es necesario
llenar toda la pared con muebles o toda la mesa con objetos?
Todos estos aspectos se
desarrollan en las diversas entradas de este blog a fin de ayudar a cada
persona a crear su propio espacio armónico en cada momento. A mi entender, es
necesario mejorar un lugar cuando no nos sentimos bien en él y es favorable
hacerlo en todos los casos
como forma de mejorar nuestra Vida
A veces los tratados de las
distintas disciplinas de salud y Armonía (aplicadas a los espacios o a
cualquier otra área) tienden a crear más preocupación en las personas que
quieren mejorar su situación. Entiendo que no ayuda para nada que alguien que
se sentía bien en su hogar, después de leer o escuchar que un espejo frente a
la cama le perturbará el sueño se sienta inquieto y mal (por poner un ejemplo
clásico)
La Armonía espacial (y en general
la Armonía) es un proceso personal donde cada cual se va expresando libremente,
creando paulatinamente un ambiente propio en el que se sienta cómodo. Nada es
categórico, todo es relativo. Cada persona, por fortuna, somos diferentes y por
tanto las sensibilidades-gustos también lo son. Y además en nuestra Vida vamos
evolucionando y tal vez aquello que nos identificaba antes ya no lo es así ahora
Las ideas y bases expuestas en
este blog deben ser tomadas como herramientas diferentes que están a nuestro
servicio para ser usadas a voluntad, lo recomendable es usarlas de forma
intuitiva sin pararse demasiado a pensar. Conocer las bases de la Armonía
espacial nos servirá para entender mejor y afinar nuestra intuición. De ningún
modo armonizar es cuantificar utilizando % de yin/yang o de elementos naturales
presentes en un espacio dado. Al contrario, es dejarse ir y probar, probar
hasta encontrar aquello que nos satisface más en el presente
Por último, apuntar que crear un
hogar no tiene porqué ser complicado ni costoso. Se trata de lograr el máximo
resultado con la mínima intervención, quizás una planta, una tela, un cambio de
color en la pared, una nueva ubicación de la cama… No es necesario hacer obras
de rehabilitación (salvo raras excepciones) sino aplicar el antiguo dicho del
“menos es más”. Así que: ¡manos a la obra!, a nuestra Obra de Arte
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