Geopatías y electrosmog

Durante milenios el hombre ha vivido en completa armonía con el medio natural sabiendo que no todos los lugares son buenos para vivir y menos aún para dormir. En todas las civilizaciones y culturas se constatan ejemplos. Desde los antiguos maestros de feng shui hasta los zahoríes occidentales buscaban el buen lugar huyendo de las zonas en donde emanaban "vapores de la tierra" perjudiciales

Hoy en día sabemos que el delicado equilibrio biológico humano (y en general de todo ser vivo), se puede ver alterado en zonas o lugares con diferencias energéticas electromagnéticas cosmotelúricas significativas. Estas diferencias se aprecian en cambios de frecuencia y amplitud de onda de las radiaciones naturales, produciéndose una vibración desarmónica que afecta en general a muchos seres vivos y en especial al hombre. Estas zonas se conocen como geopatías o zonas geopatógenas.

La geopatía alcanza una amplia zona vertical sobre el subsuelo abarcando todos los pisos de una edificación. Su componente horizontal normalmente presenta una zona donde se genera la radiación y donde ésta es más potencialmente nociva, y otra zona adjunta donde la influencia patógena va disminuyendo en función de la distancia al foco

Además, el progreso humano ha generado un creciente aumento de radiación electromagnética (redes eléctricas, comunicaciones,...). Así, en las cercanías de líneas de distribución, transformadores o emisoras encontramos valores de intensidad electromagnética muy superiores a los normales. Y en muchas casas, aparatos y cableados generan focos radiantes. Todo ello forma lo que se conoce como contaminación electromagnética o electrosmog

Diversos estudios indican que las radiaciones electromagnéticas pueden perjudicar los procesos bioquímicos y energéticos del cuerpo humano afectando primordialmente a las células del sistema inmunitario e incidiendo también sobre el sistema nervioso, endocrino y hormonal. Se establecen unos valores a partir de los cuales se observan alteraciones:

0    Zonas geopatógenas: U.B. menores de 6.000 con amplitud de onda mayor de 20 (especialmente con amplitudes iguales o superiores a 50)

Radiaciones electromagnéticas generadas por la actividad humana:
0    Radiofrecuencias (microondas telefonía móvil): potencias iguales o superiores a 0.1 microW/cm2 (criterio de protección preventiva acordado en la Conferencia de Salud Pública celebrada en Salzburgo en el mes de junio del 2000)
0    Radiaciones ELF (red de distribución eléctrica):
Intensidad de campo eléctrico superior a 20 - 50 V/m.
Intensidad de flujo magnético superior a 100 - 200 nanoteslas

La radiación afecta al organismo humano al ser este un buen conductor (estamos compuestos fundamentalmente de agua). La célula actúa como un sutil circuito electrónico resonante que es capaz de vibrar ante las frecuencias electromagnéticas del medio. Y según parecen demostrar las investigaciones realizadas hasta ahora lo hace selectivamente en función de su propia característica (función y organismo) y la característica de la radiación (frecuencia, amplitud de onda, forma de onda, intensidad y potencia)

El ambiente ionizado producido por las radiaciones favorece la aparición de radicales libres que dañan la membrana celular. Como consecuencia se puede producir un menor tono vital que favorece el desequilibrio psíquico y físico. Según el tiempo de exposición, grado de sensibilidad de cada organismo, valor de las radiaciones y sinergia con otros factores,  pueden desarrollarse enfermedades crónicas

En geopatías las radiaciones -suelen tener un efecto pasivo o depresivo, rebajan la energía personal y pueden producir cansancio y agotamiento. En cambio, las radiaciones + suelen tener un efecto activo, aumentan la energía personal y pueden sobreexcitar e impedir el
descanso

El efecto de las radiaciones electromagnéticas sobre el ser humano es acumulativo. En muchos casos pueden transcurrir meses e incluso años hasta que aparecen los síntomas, el que se manifiesten en mayor o menor tiempo dependerá de las características personales. Se observa que las personas que atraviesan algún tipo de crisis psicológica son más vulnerables a sus efectos

Las primeras manifestaciones que pueden alertar de la posibilidad de estar afectado por radiaciones son las alteraciones del sueño (insomnio, dificultad de conciliar el sueño, sueño irregular muy entrecortado con necesidad de micción, eneuresis nocturna, sonambulismo, caída de la cama, dificultad al levantarse por la mañana, sensación de mayor cansancio tras el descanso, mareos matinales...). Otras manifestaciones típicas son las reacciones alérgicas, el agotamiento crónico y los dolores de cabeza y espalda persistentes.
En muchas ocasiones la persona afectada no responde favorablemente a la adecuada medicación que se le administra. Al solucionar este problema, la medicación empieza a resultar efectiva y el paciente se recupera a un ritmo normal

Los lugares más importantes a considerar de un espacio son los de más permanencia y en viviendas especialmente la cama. Además de ser el lugar de más permanencia, es durante la noche cuando se detectan los máximos de radiación natural y es en el estado de sueño cuando el organismo es más vulnerable a sus efectos

Por lo que se refiere al electrosmog se recomienda alejar la cama de forma preventiva un mínimo de 50-70 cms. de cualquier aparato eléctrico conectado a la red y unos 10-20 cms. de cualquier pared con cableado, ya que ambos son generadores de campos electromagnéticos. Se aconseja desenchufar todos los aparatos cuando no se usan

Aun así, si  se observan las alteraciones descritas, es muy probable que se esté bajo la influencia de campos electromagnéticos naturales o artificiales. Se recomienda reubicar la cama en otra zona de la habitación por un período mínimo de un mes hasta encontrar una zona donde se descanse. En algunos casos puede ser necesario cambiar de habitación. En ausencia de perturbaciones siempre resultará favorable la orientación norte magnético para la cabecera de la cama

Si no podemos encontrar el buen lugar, (porque no lo hay o está en otro sitio físicamente inadecuado), se puede instalar aparato armonizador Zonal Beam que actúa modificando las radiaciones perjudiciales existentes, obteniendo como resultado radiaciones electromagnéticas de frecuencias y amplitud de onda muy favorables

En los casos de electrosmog la mejor solución está en anular o aislar la fuente. Cuando no es posible se puede mitigar el campo eléctrico con apantallamientos pero no reducir el campo magnético

Hay que tener en cuenta que al solucionar la afectación por geopatía o electrosmog (ya sea reubicando, modificando la zona, o actuando en la fuente) se necesita un tiempo para que el organismo responda favorablemente (habitualmente entre uno y seis meses), tal y como sucede para que se desarrollen los síntomas. En algunos casos, la persona reacciona con una primera fase de empeoramiento que normalmente no suele durar más de un mes

Siempre es aconsejable recurrir a un terapeuta especializado como complemento a la solución aplicada en la vivienda. Este profesional facilitará que el organismo de la persona afectada se restablezca plenamente. Es más necesaria su intervención cuanto más tiempo se haya estado afectado por las geopatías y/o el electrosmog













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