Orden Interior

Ya hemos hablado en este blog sobre caos y orden. Pero en esta nueva entrada vamos a intentar profundizar más en ello.

Vivimos tiempos que aparentemente son cada vez más acelerados y caóticos. A casi todos nos parece que el tiempo transcurre muy rápidamente, y que los procesos y acontecimientos que nos rodean tienden a ser progresivamente más caóticos. Todo ha cambiado muchísimo y los sistemas políticos, religiosos, económicos, sociales… están en permanente crisis. Además de los históricos desequilibrios humanos, se añaden retos nuevos como el denominado cambio climático o la osada ingeniería genética.

Esta realidad propia del momento que vivimos tiende a influenciarnos provocándonos todo tipo de desequilibrios como el estrés o la depresión. O la misma inseguridad fruto de no saber a “ciencia cierta” que ocurrirá mañana. Es una profunda crisis global vinculada, a mi entender, a una crisis individual que a menudo no queremos ver pero que está aquí por algo.

Creo que durante siglos la humanidad ha sufrido diversas crisis, pero que la actual es diferente: es más profunda e implica una evolución interior.

Se supone que nos hemos liberado de algunos de los poderes externos históricos que nos han ligado a través de la represión y el miedo: las religiones, los feudalismos, la esclavitud… Aunque aún somos esclavos fundamentalmente del poder económico que tiende a manipularlo todo a su antojo. No es fácil salirse de los dictados del poder económico, pero es recomendable hacer lo posible por vivir lo más desapegados de ellos: de los miedos y falsas necesidades que nos generan.

La sociedad acelerada y caótica dominante es, a mi entender, el indicativo de un potente fin de ciclo histórico. Ya no valen las estructuras caducas y demasiado distantes de las realidades individuales. Se intuye que viene "algo nuevo” muy distinto.

En este contexto, cada uno de nosotros puede trabajar en mejorar su vivencia personal cotidiana para su beneficio y el de su entorno inmediato. Y este beneficio aunque parezca insignificante influye en la sociedad y en su necesaria transformación.

Para ello, ayuda y mucho crear un hogar de recogimiento interior. En donde exista un orden interior (no exagerado, lo cual podría indicar una manía) que favorece el necesario orden interno personal para la auto-observación. Así, empezar a plantearse preguntas vinculantes como: ¿Qué me está pasando? ¿Quién soy yo? ¿De qué tengo realmente miedo? ¿Vivo plenamente? ¿Me acepto?... Son preguntas que nos ayudarán a descubrir realmente quién somos más allá de las máscaras cotidianas. A partir de ahí podremos ver qué hacer para Vivir más plenamente día a día, para ser felices a pesar de nuestras circunstancias, en definitiva, para lograr nuestra auténtica paz.

Este “trabajo” de recogimiento interior es un proceso, un camino de Vida que cuando se inicia ya no se suele dejar. Ya no son indispensables los maestros externos como antaño, pueden haber referentes de ayuda, pero cada uno va descubriendo con sinceridad en sí mismo su mejor maestro.

Del mismo modo ya no hay necesariamente estructuras o espacios “fuera” para encontrarse (como los templos o caminos iniciáticos tradicionales). El hogar interior de cada persona nos basta, no es necesario salir ni ir muy lejos. El hogar es propio, nos ayuda a descubrirnos y expresarnos como aquello que somos realmente con nuestras diferencias como individuos y nuestras conexiones como humanos.

Para lograr el orden interior necesario en nuestro hogar, es recomendable evitar el excesivo caos: ordenar mínimamente las cosas, no saturar el espacio, limpiar sin demasía…También no acumular cosas que no utilizamos, desprenderse de las que ya no nos sirven entregándoselas a otros que las necesiten. Y procurar saber dónde tenemos las cosas dentro de nuestro hogar.

Además favorecen el orden interior:
·         La música no estridente que nos guste y nos identifique.
·         La decoración propia, personalizando en lo que se pueda nuestro hogar con objetos y colores que nos agraden.
·         La suavidad en la iluminación, por ejemplo los reguladores de intensidad de la luz eléctrica y las velas.
·         Las representaciones de la Naturaleza, como cuadros o fotografías de paisajes.
·         Los espejos en donde nos podamos ver bien como ayuda a la auto-observación.
·         Los altares con flores, piedras, velas, cuencos, telas, incienso, imágenes, libros, mandalas…

Todas estas recomendaciones para lograr el orden interior en nuestro hogar, favorecerán sin duda el “trabajo” profundo individual necesario en nuestro camino de Vida hacia el descubrimiento interior. Todo un reto personal y social.

Mandala creado por Mari Cruz Rivas




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