Abre las ventanas también cuando llueva
En
este blog ya hemos comentado que siempre es favorable abrir las ventanas y
ventilar bien los espacios interiores ya sean hogares o lugares de trabajo. Hoy
en día, desafortunadamente, muchas edificaciones carecen de ventanas
(especialmente edificios de oficinas) lo que suele resultar perjudicial, al no
ser lo mismo la ventilación forzada que la natural. En estos casos (y siempre,
pero más en estos casos) es muy recomendable tener plantas, al tener estas
efecto regenerador y purificador del ambiente
Pero
no hemos hablado de algo quizás más desconocido: los beneficios de abrir las
ventanas cuando llueve (siempre que no entre el agua en nuestro espacio
interior, ¡claro!)
La
lluvia tiene el efecto de oxigenar y por lo tanto purificar el aire de nuestro
hogar o lugar de trabajo. Nada funciona mejor que la lluvia para limpiar los
ambientes contaminados de nuestras ciudades. Las gotas de lluvia recogen y
retiran las partículas contaminantes haciendo desaparecer las nubes de
contaminación. Gracias a ello podemos respirar aire mucho más oxigenado cuando
llueve y tras la lluvia
Se ha demostrado que tras unas horas de lluvia el ambiente
deja de estar tan cargado y se regula la temperatura (incluso en invierno). Ese
ambiente previo tan cargado es, precisamente, el que suele provocar dolores de
cabeza, agotamiento y malestar en muchas personas electrosensibles. E incluso estos ambientes pueden llegar a inducirles un carácter más irascible. En cambio, se observa que
tras una tormenta la gente parece estar más animada y relajada
Otro efecto benéfico de la lluvia en nuestro ambiente
interior es el agradable aroma que nos regala. En realidad se produce una mezcla de aromas que provienen de una combinación de sustancias liberadas por las tierras y rocas mojadas, los suelos y la multitud de bacterias que allí habitan
En el siglo pasado, los australianos
Isabel Joy Bear y Richard G. Thomas bautizaron este sugerente olor a lluvia
como “esencia de roca” o “petrichor” (derivado de los vocablos griegos “petros”
que significa piedra, e “ikhor” que significa fluído etéreo presente
en las venas de los dioses según la mitología griega)
En definitiva, el olor a lluvia es una
mezcla de muchas esencias que surgen de la Tierra e incluso también de la
atmósfera. Resulta muy agradable y suele conseguir que nos paremos al menos un
instante, respiremos hondo y sintamos que formamos parte de un planeta que está
bien vivo
Así que aunque llueva... a abrir las
ventanas!
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