Dinámicas humanas desarmonizadoras
A menudo las personas sufrimos demasiadas tensiones que nos desarmonizan, ya sea porque tenemos problemas o conflictos no resueltos, ya sea porque otros nos han afectado, ya sea porque el ambiente de la calle nos desequilibra... A veces somos capaces de controlar esas tensiones sin transmitirlas a los demás pero otras veces pueden con nosotros y las expulsamos a la primera de cambio.
Un ambiente armónico favorece romper dinámicas desequilibrantes. Y en este sentido es fundamental el tratamiento de la entrada dado que comunica nuestro exterior con nuestro interior. Ocurre muchas veces que el sólo sonido de unas campanillas al entrar en un hogar hace que la persona note una diferencia entre toda aquella dinámica exterior estresante que le ha “cargado” y la dulce acogida de su espacio. Y ese notar hogar actúa como armonizador sobretodo en personas sensibles. Lo mismo puede suceder con la visión de algo muy nuestro, algo que nos agrade y defina; o con un aroma que nos guste...
Pero a veces hay personas que no son capaces de controlar su desequilibrio y lo expulsan continuamente a los demás. Hay personas que sólo colocando la llave en el cerrojo o tocando el timbre ya transmiten tensión. Esta tensión suele evidenciarse en su ritmo, en su timbre de voz, en su actitud, en sus gestos....
Cuando una persona transmite mucha tensión puede desarmonizar un ambiente. En estos casos la recomendación es reforzar al máximo el ambiente hogar actuando en todos los aspectos que podamos:
ü sonido (timbre melódico, campanillas al entrar, música relajante ambiental...),
ü iluminación (suavizarla allá donde se pueda, priorizar lámparas de espectro cálido, colocar velas...)
ü color (utilizar tonos medios-suaves)
ü decoración (ambiente Esencial reforzando la individualidad de cada miembro del grupo y reflejando la Naturaleza con plantas, agua, tierra, piedras,...).
A su vez, siempre es recomendable verbalizar lo que ocurre y hacer notar a esa persona cómo esta actuando. Y cuantas más personas se lo puedan decir, mas probabilidades de que lo llegue a comprender. Debería ser más fácil cuando se trata de un hijo o un empleado, y se entiende que es más delicado cuando sucede con un padre o un jefe.
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