Polaridades
Vivimos en un mundo bipolar, un mundo dual donde toda realidad, experiencia, situación, impresión... tiene implícita su polaridad opuesta en permanente interacción cíclica (el modelo chino del yin-yang).
No se pueden aislar una polaridad de otra: femenino y masculino, sombra y luz, húmedo y seco, frío y calor, bajo y alto, noche y día... están íntimamente unidas. La Vida necesita a ambas polaridades para expresarse, las dos son igualmente necesarias, y deben convivir juntas en Armonía para garantizar la salud de todo. Por ello, por lo general lo más favorable es que en nuestros ambientes estén presentes ambas.
Según la utilidad y función del ambiente puede ser favorable que dominen unas polaridades u otras. Por ejemplo, puede considerarse adecuada la sensación de excesivo movimiento en un local de comidas rápidas porque se quiere incentivar la constante renovación de clientela y en cambio normalmente la misma sensación de movimiento no será conveniente para un restaurante de alta cocina
Al analizar en nuestro espacio las polaridades se procuran determinan qué sensaciones se reciben y cuáles de ellas pueden estar excesivamente marcadas o polarizadas. Cuando un ambiente está muy polarizado y la sensación dominante no está de acuerdo con la necesidad real puede afectarnos desfavorablemente y es entonces recomendable modificarlo. Tal vez lo hagamos sacando elementos y estructuras de la polaridad que domina, o añadiendo algunos nuevos de su polaridad contraria, o quizás utilicemos ambas acciones combinadas. En todo caso no es un trabajo de %, una sensación de dureza ocasionada por una pared de 15m2 puede ser compensada por una planta de hojas delicadas y suaves colocada en esa pared a pesar de que no ocupe ni una quinta parte de su espacio.
En nuestro ejemplo anterior de un restaurante de alta cocina, podríamos contrarrestar el excesivo movimiento añadiendo por ejemplo objetos que transmitan sensación de peso o estatismo (polaridad contraria al movimiento) como podría ser un mobiliario macizo y/o sacando algunos de los elementos que transmitan movilidad (tal vez cambiando un color dominante intenso por otro más suave, o reduciendo la intensidad lumínica, o cambiando la puerta de entrada ligera o siempre abierta por otra con más cuerpo...).
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