Las funciones y las zonas

Cada función tiene su lugar, no solo en un espacio interior, sino también en un entorno exterior. Ya desde la antigüedad se procuraba planificar los asentamientos urbanos separando funciones diferentes. En la actualidad en muchas ocasiones no ocurre así, quizás se haya planificado inicialmente una zona industrial o el cementerio en las afueras pero luego el crecimiento de la población los acerca.
Separar estas funciones tan dispares con distanciamiento físico real de seguridad, o en su defecto con barreras naturales como son las zonas verdes favorece un entorno cercano más armónico. Sino es así podemos colocar en las ventanas que dan a esa función desarmónica elementos naturales como plantas, cristales naturales preferentemente amatista o cuarzo o esferas facetadas de cristal puro.

Del mismo modo en un interior. En un espacio hay dos parejas de funciones muy diferenciadas que conviene separar adecuadamente. Una es la que forman la cocina o el lugar donde se prepara el alimento y el inodoro. La otra es el dormitorio o la zona del descanso y la zona de trabajo o estudio.
Es aconsejable separar al máximo estas funciones opuestas para favorecer un entorno armónico. La separación puede realizarse mediante paredes, biombos, cortinas, estanterías, plantas, …o sino es posible con el uso de medios más sutiles como son los cristales naturales tipo amatista o cuarzo, o las esferas facetadas de cristal puro.
En el caso del inodoro por propia higiene es necesario ser estrictos aislándolo con paredes y la puerta cerrada, y ventilándolo a ser posible con una ventana exterior.

También hay que tener en cuenta el grado de actividad de las zonas espaciales y su repercusión sobre las funciones que se realizan en ellas. Las zonas cercanas al acceso al espacio (puerta, escalera...) son zonas activas y por tanto son muy adecuadas para funciones dinámicas como la atención al público (por ejemplo: el departamento comercial en una empresa o la sala en una vivienda). En cambio las zonas mas alejadas del acceso al espacio son zonas pasivas, mas adecuadas para actividades relacionadas con el descanso o que necesiten concentración (por ejemplo el dormitorio en una vivienda o el despacho de gerencia en una empresa).

Así, un dormitorio muy cercano a la puerta de la vivienda no favorece la tranquilidad y la sensación de protección, sería mejor si es posible ubicar en esa habitación otra función como puede ser un estudio o un despacho. O en una empresa la situación del departamento comercial muy alejado de la puerta de entrada no es en principio recomendable.
Como en todo, los criterios de elección no se establecen considerando un sólo factor sino un conjunto de criterios, y puede ser necesario hacerlo así por otras razones igualmente válidas.


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