Edificación y asentamiento

Para que una edificación nos proporcione seguridad primaria y fundamental  es básico que se asiente en un terreno estable y que esté construida con una buena estructura capaz de soportar el peso de la edificación y los movimientos que en ella se puedan producir. Obviamente, si el terreno no puede garantizar la solidez de la estructura o la estructura es deficiente habrá que tomar las medidas técnicas necesarias para solucionarlo.

Hoy en día se tiende a priorizar y exagerar la rigidez de las estructuras en detrimento de la capacidad de absorción de movimiento, este hecho se evidencía en las paradojas de estructuras antiguas que soportan fenómenos metereológicos o telúricos frente a otras nuevas que no son capaces de hacerlo. En este sentido destacaría el ejemplo de la basílica de Assís en Italia, está situada en una zona sísmica y había soportado durante cientos de años los embites telúricos pero en la pasada década de los 90 sufrió destrozos como nunca; la basílica había sido recientemente restaurada sustituyendo las antiguas vigas de madera por otras nuevas de hormigón.

Cuando las estructuras desafían a las fuerzas naturales, aunque estén bien resueltas técnicamente, a menudo se producen efectos sutiles sobre las personas mas sensibles e inciden en su sensación de seguridad. Por ejemplo:

0    Si la superficie base de la edificación es menor que la superficie de las plantas superiores, la edificación tiene tendencia a ser inestable e insegura y habrá que valorar la influencia que esta configuración desarmónica pueda acarrear en las personas.

0    Si la edificación es muy alta, disminuye su seguridad. Conforme se eleva del suelo se aleja de la tierra que es la que nos proporciona la máxima sensación de estabilidad. Si el entorno tiene menor altura, los pisos que sobresalen pueden influir en la sensación de protección personal transmitiéndonos inseguridad. Más aún si la superficie acristalada de las ventanas es muy grande y domina la fuerza del espacio exterior.

Para las personas sensibles son preferibles edificaciones más estables y protegidas. Cuando esto no es posible pueden utilizarse estructuras que nos ayuden a crear zonas más resguardadas, por ejemplo muebles a media altura delante de grandes ventanales.
En otros casos en que no podemos utilizar estructuras nos pueden ayudar compensaciones sutiles. Concretamente el utilizar elementos y materiales constructivos y decorativos vinculados a la energía de la tierra. Esta energía está asociada a la seguridad y estabilidad, la madre Tierra que nos ampara, y se encuentra vinculada a todo aquello construido con tierra o que la contiene(materiales cerámicos, plantas con mucha tierra...) , también con colores, formas y volúmenes concretos (colores terrosos u ocres, formas cuadradas o volúmenes cúbicos...).


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