Lo femenino y lo masculino en nuestro entorno

El dominio de lo masculino propio de nuestro tiempo actual se evidencia en nuestro entorno sobretodo en las ciudades. Se expresa en la priorización del control: el mantenimiento fácil, la uniformidad de tratamientos... Se observa en los espacios "verdes" con poca variedad de ambientes, con poca variedad de especies, con poca presencia de agua viva (la que contiene nutrientes en vez de cloro).... O en los espacios exteriores "duros" en donde se trata a los árboles como un elemento arquitectónico más y se nos priva de ver y tocar nuestra tierra...

Se observa también en los diseños urbanísticos que tienden a ser monótonos, repetitivos.... O en los interiores eficazmente estudiados con el objetivo de ofrecer un espacio útil para unas necesidades uniformizadas según unos criterios de mayoría.
También se observa en los interiores con grandes superficies acristaladas que dificultan la vida interior de un espacio condicionándolo en exceso a su exterior, o en los espacios muy grandes o muy abiertos donde es dificil sentirse "recogido".

Este excesivo control, este apostar por lo uniforme, por lo que la mayoría va a querer, este optar más por lo exterior que por lo interior...relega y expulsa a lo femenino. Lo femenino es diverso, a menudo difícil, problemático, es tierra, es agua, transpira, está vivo, es personal y nos recuerda constantemente nuestra diferencia....
De alguna manera podemos decir que muchos de nosotros permanecemos en entornos eficaces a los cuales les falta la vida, la rica substancia femenina. Son hábitats que cumplen con unas expectativas teóricas, pero que a menudo dejan de lado o condicionan excesivamente las vivencias y características específicas y propias de cada persona individual o colectivo humano.

Aun así, y a pesar de esta tendencia a menudo asfixiante, cada uno de nosotros puede al menos crear en su espacio un microambiente que le vincule y le defina. Crear su ambiente auténtico y propio, un ambiente vivo que cambiará y evolucionará continuamente tal y como cambiaremos y evolucionaremos nosotros mismos. Esta construcción espacial dinámica y viva es Armonía. Es un trabajo personal que puede sernos de utilidad en nuestro camino de vida. Nos puede ayudar a reforzar y descubrir nuestra razón de ser, quiénes somos, que queremos y cómo queremos materializarlo.

Al analizar un espacio es importante considerar cual de estas dos polaridades básicas domina en nuestro ambiente interior. Algunos elementos decorativos y características espaciales son marcadamente femeninas y otros masculinos.
Es recomendable la presencia de ambos polos pero con predominio claro de lo femenino, especialmente en viviendas. Lo femenino es necesario y es lo primero, sin la rica polaridad femenina lo masculino es inútil.
En el cuadro que sigue tenemos algunos elementos espaciales:


Femenino
Masculino
Colores variados
Rosas, lilas, verdes aguas...
Neutros, blanco, gris
Azules
Tierra: cerámicas, plantas....
Agua: vidrio, cristales, espejos, fuentes, recipientes con agua....
Aire-Metal: objetos metálicos, piedras....

Colocación de objetos y cuadros tendiendo a lo bajo, más cerca del suelo
Colocación de objetos y cuadros tendiendo a lo alto, más cerca del techo
Lleno
Gente
Vacío
Soledad
Lado izquierdo
Lado derecho
Suelo cálido
Alfombras, madera
Suelo frío
Mármol
Río, lago, fuente, pozo
Mar
Líneas y formas sinuosas
Cuadrado y cubo
Líneas y formas rectas
Círculo
Sombra, humedad
Cortinas
Luz, sequedad
Ausencia de tamización
Rincones y zonas resguardadas
Espacios pequeños
Protección
Espacios abiertos
Espacios grandes
Control, vistas


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